Hace algunos años, cuando aún no había comenzado la verdadera rumba de amanecidas y días de entrega de propuestas de diseño, yo encontraba tiempo y ánimo para desarrollar mis habilidades plásticas. Iba a casa del pintor (y nuestro profesor) Lázaro Dominguez, y aunque no llegué a realizar muchas "obras espectaculares", aprendí bastante, y tengo buenos recuerdos de aquellos tiempos.
Le quiero dar gracias a Lázaro por todo lo que me enseñó, y porque nunca me haya hecho sentir que no pueda pintar o dibujar a pesar de no ser la gran artista. Lo hago simplemente porque me gusta, y porque me siento bien cuando puedo alejarme de la realidad, con un lapiz o pincel en la mano...
Este fue el primer (y último) retrato que llegue a dibujar; un muchacho buenmoso que encontré en una revista en la casa de Lázaro. No sé que habrá pasado con el original, pero esto lo encontré en mi blog muerto. Aparentemente esta manía de publicar cosas por internet, también es una buena manera de almacenar recuerdos.
miércoles, 30 de abril de 2008
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2 comentarios:
Es muy impresionante....complemento
Hehehe, ta muy chulo..me costara sacar los cuadernos de dibujo pa poner algunas fotos jeje!! artitaaaa..yo hacia eso mucho....lo de dibujar rostros de revistas jej....recuerdo que me sentaba en la mesa de picnic en el patio y se me iba la tarde coloreando...aah que lindo es recordar...que triste es volver a la realidad jajaj
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